Como ya se ha mencionado en otra nota en este mismo portal, una polémica sacude al amplio sector de Unión por la Patria en relación a la figura de Victoria Villarruel. En el conflicto están incluidos algunos dirigentes del justicialismo y, principalmente, Cristina Fernández de Kirchner, que lanzó una dura publicación como un dardo hacia algunos integrantes de su espacio.

Algunos referentes del peronismo (como el caso de José Mayans y Guillermo Moreno), fueron protagonistas de una especia de conqueteo con palabras elogiosas hacia la vicepresidenta. Fundamentalmente, ambos remarcaron su nacionalismo y hasta se animaron a deslizar la posibilidad de un acuerdo a futuro. Quien más hizo énfasis en tal sentido fue el ex secretario de Comercio, mientras que el senador apostó a “profundizar su amistad”.

Una de las posibles explicaciones con respecto a dichas frases podría ser que el objetivo principal sea acercar posiciones aprovechándose del momento de crisis en la relación con Javier Milei. De esta forma, se podría quebrar el oficialismo y avanzar hacia el juicio político, que tantas veces ha pregonado Mayans pero que hasta el momento no se concretó.

A su vez, la falta de un liderazgo firme en el Partido Justicialista (sobre todo después de los escándalos que manchan a Alberto Fernández), hace que los dirigentes no tengan una bajada clara y orgánica. Por el contrario, pareciera que la gran mayoría actúa con libertad, sin respetar un lineamiento ideológico ni tampoco una estrategia política, incrementando la interna en UxP.

Después de la publicación de Cristina en la que sugería que había que pedirle una pericia psiquiátrica a quienes “dicen que Villarruel es peronista”, uno de los presuntos destinatarios de la frase salió a excusarse y retrucó. Intentando escalar la discusión, Mayans quiso culpar al kirchernismo por la designación de Alberto al frente del PJ.

Cuando la lógica hubiera indicado que para bajar la espuma el senador guardara silencio para no subir el tono de una pelea sin sentido, ocurrió todo lo contrario. En una entrevista radiofónica, el formoseño preguntó a modo de chicana: “¿Qué hacemos con los que pusieron a Alberto como presidente del partido? ¿Los mandamos también al psiquiátrico?”.

Lógicamente, la tropa de CFK no se quedó callada y salió a responder las acusaciones del legislador nacional. Una de las que recogió el guante fue la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien a través de su cuenta de X (ex Twitter), se subió al ring con un extenso posteo en el que trataba de aclarar que, justamente, la designación de Fernández el frente del PJ se trató de una maniobra para restarle poder al kirchernismo.

Mendoza compartió varias notas periodísticas de archivo que dan cuenta de la candidatura de Alberto al Partido Justicialista, en las que algunos de los artículos revelan que esa postulación era incluso en contra de los deseos de CFK. De todos modos, cabe recordar que fue la ex vicepresidenta la que lo eligió para que sea su compañero de fórmula en 2019.

Y fue la propia Cristina la que reposteó la publicación de la quilmeña, afianzando todavía más ese discurso y sumándole un nuevo capítulo a una novela que debilita al peronismo, que está más enfocado en discusiones banales que en defender a su electorado en medio de una brutal embestida por parte de las políticas económicas del gobierno de Milei.

Como si todo esto fuera poco, Villarruel no bajó su perfil y, por el contrario, dejó una frase que podría elevar todavía más el conflicto. En un acto, la titular del Senado aseguró que se abrirán “todas las causas de víctimas del terrorismo” y opinó: “Todos los montoneros tienen que estar presos”, reafirmando su teoría sobre los dos demonios.