El informe elaborado por el Cuerpo Médico Forense, tras la visita al fotógrafo Pablo Grillo en el Hospital Ramos Mejía, confirmó que las lesiones sufridas durante la represión policial en la marcha por los jubilados del pasado 12 de marzo fueron de carácter “grave y gravísimas”, y que “pusieron en riesgo” su vida.

La pericia fue realizada por la médica forense Claudia Zuñiga Teppa y los peritos de parte Ezequiel Amar (por la querella) y María Jimena Pérez Pelliser (por la defensa). Tras revisar la historia clínica de Grillo, coincidieron en que presenta una “herida contuso compleja en el rostro, fractura expuesta de cráneo y hematomas intracraneales” que requirieron dos cirugías.

Los especialistas determinaron que las lesiones fueron provocadas por el impacto directo de un objeto contuso de gran fuerza —compatible con un cartucho de gas lacrimógeno— y que demandan más de 30 días de curación, con igual tiempo de inutilidad laboral.

La investigación judicial, a cargo de la jueza María Servini y el fiscal Eduardo Taiano, apunta a esclarecer las responsabilidades penales en el operativo represivo. Por el hecho, está imputado el cabo de Gendarmería Nacional Héctor Guerrero.