En la Sala 9 del Palacio Legislativo comenzó la primera jornada de capacitación centrada en uno de los flagelos silenciosos que afectan a miles de mujeres e infancias: el incumplimiento de la cuota alimentaria. La actividad, organizada por la Dirección de Equidad de Género y Diversidad Sexual, busca visibilizar esta problemática no solo como una cuestión legal, sino como una forma de violencia económica dentro del marco de la violencia de género.

El panel de apertura reunió voces con fuerte peso simbólico y trayectoria: la directora de Equidad de Género, Maru Breard; la secretaria de Presidencia, Paz Bertero; la reconocida abogada y defensora histórica de los derechos de las mujeres, Nelly Minyersky; y la socióloga e historiadora Dora Barrancos.

Breard fue contundente: “El incumplimiento de la cuota alimentaria no es solo una deuda económica, es una forma concreta de ejercer violencia de género. La ausencia del aporte económico compromete el derecho de niñas, niños y adolescentes a una vida digna, y expone a las madres a una doble carga, emocional y financiera”.

Una Justicia que llega tarde

Durante el encuentro también se expusieron con crudeza las deficiencias del sistema judicial. El juez Javier Heredia advirtió que la situación de los expedientes por alimentos en la provincia de Buenos Aires necesita una reforma urgente. “Las demoras y la burocracia hacen que muchas madres abandonen sus reclamos. Las estrategias dilatorias de los alimentantes encuentran un terreno fértil en un sistema que responde con lentitud e ineficacia”, sostuvo.

El problema, según Heredia, no es solo legal sino estructural: “Faltan herramientas, personal capacitado y procesos más ágiles. Sin eso, el incumplimiento queda impune”.

Capacitar para transformar

La capacitación contará con cuatro encuentros —el próximo será el 21 de abril, y luego seguirán el 28 de abril y el 5 de mayo, todos a las 16:30— y está destinada a operadores judiciales, estudiantes de Derecho, trabajadoras y trabajadores sociales y todo aquel que forme parte del engranaje institucional que interviene en estas causas.

Según explicó Breard, cada jornada abordará “aspectos técnicos, normativos y contextuales del incumplimiento, y brindará herramientas para una intervención judicial más eficaz y con perspectiva de género”.

Un cambio de paradigma pendiente

La deuda alimentaria es también una deuda de derechos. La falta de respuestas del Estado frente a este tipo de violencia económica perpetúa un modelo que naturaliza la desigualdad, empobrece a las mujeres y deja a la infancia desprotegida. La capacitación es un paso importante, pero sin reformas concretas en los procedimientos judiciales, seguirá siendo una promesa más en una lista de derechos postergados.